fue un estilo arquitectónico que
surgió a mediados del siglo XIX como parte del renacimiento de la estética
renacentista en el diseño arquitectónico. Este estilo se inspira en los
principios y formas del Renacimiento italiano, adaptándolos a las necesidades y
contextos de su tiempo.
Simetría y Proporción: Emula las
proporciones y simetrías del Renacimiento, pero con una mayor libertad en la
disposición y el uso de los elementos. Elementos Clásicos: Utiliza elementos
arquitectónicos clásicos como columnas, pilastras y frontones, pero a menudo
con una reinterpretación más libre y ornamentada.
Decoración: Enfatiza la ornamentación detallada, incluyendo molduras,
frisos y detalles escultóricos que reflejan un estilo decorativo más recargado
que el del Renacimiento original.
Fachadas Monumentales: Las fachadas suelen ser imponentes y grandiosas,
reflejando una cierta majestuosidad y solemnidad.